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Google ha emprendido una acción legal contra un grupo de hackers basado en China que presuntamente operaba una plataforma global de phishing-como-servicio conocida como Lighthouse. Según la demanda, esta infraestructura permitió lanzar campañas masivas de “smishing” (phishing por SMS) y páginas falsas que imitan marcas confiables, con más de 1 000 000 de víctimas en 120 países y pérdidas estimadas de alrededor de 1 000 millones de dólares.
La plataforma Lighthouse ofrecía un modelo de negocio de suscripción para ciberdelincuentes: por unas tarifas (desde cientos hasta miles de dólares), se accedía a plantillas de páginas fraudulentas, dominios preparados, mensajes de texto masivos y herramientas listas para lanzar campañas.
Los ataques combinaban varios elementos:
El caso revela que el phishing ya no es improvisado, sino una industria global con infraestructura, roles definidos y soporte técnico. Plataformas como Lighthouse permiten a cualquier usuario lanzar campañas de suplantación de identidad a gran escala mediante modelos “as a service”. Se ha creado un mercado negro donde se venden credenciales robadas, kits de phishing y accesos a cuentas corporativas con la misma facilidad que un producto digital legítimo, difuminando la línea entre atacantes individuales y redes criminales organizadas.
Según la demanda, más de 1 000 000 de personas en al menos 120 países fueron afectadas por esta operación. El grupo habría robado datos sensibles, credenciales bancarias y otra información personal que luego se utilizaba para acceder a cuentas, vaciar carteras digitales o revender los datos. La cifra estimada de pérdidas asciende a alrededor de 1 000 millones USD. Google señala que se han detectado más de 17 500 dominios de phishing vinculados al esquema y más de 600 plantillas de sitios fraudulentos que imitaban entidades reales.
Google ha presentado la demanda en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, empleando leyes como el RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act) para atacar el cibercrimen organizado. El objetivo no solo es buscar compensación, sino desmantelar la infraestructura técnica y disuadir futuras operaciones similares. La acción también incluye colaboración con redes de telecomunicaciones y empresas de alojamiento web para clausurar los dominios y servidores implicados. Este caso refuerza una tendencia: las grandes empresas tecnológicas comienzan a usar la vía legal como herramienta de ciberdefensa, además de los controles técnicos.
El caso Lighthouse demuestra que las amenazas de phishing y smishing se han profesionalizado y alcanzan escala global. En Apolo Cybersecurity, ayudamos a empresas y usuarios a detectar riesgos, reforzar la protección digital y mantener el control de sus datos personales y corporativos.
