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El panorama de la ciberseguridad en España en 2024 vuelve a dejar cifras récord. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), el año pasado se registraron 97.348 incidentes de ciberseguridad, lo que supone un incremento del 16,6% respecto a 2023. Este dato ha reavivado el debate sobre la necesidad real de contar con un ciberseguro, tanto para empresas como para ciudadanos.
Del total de ataques detectados, el 67,6% afectaron a la ciudadanía (65.808 incidentes) y el 32,4% a empresas, incluyendo pymes y autónomos (31.540 casos). Las amenazas principales siguen siendo el ransomware, el phishing y el fraude on-line, con un claro crecimiento de campañas dirigidas contra los sectores económicos esenciales, como la sanidad, la energía y el transporte. Además, el INCIBE notificó la existencia de más de 183.000 sistemas vulnerables, lo que demuestra que la superficie de ataque no deja de crecer con la digitalización.
Un ciberseguro es una póliza diseñada para proteger frente a riesgos derivados del uso de la tecnología y la gestión de información digital. Cada vez más empresas y particulares recurren a estos seguros como respaldo para mitigar daños económicos, legales, operativos y reputacionales derivados de un ciberataque.
Las pólizas más avanzadas cubren:
La conciencia de la importancia de los ciberseguros está creciendo en España, especialmente en los sectores más expuestos y regulados. La competencia entre aseguradoras ha mejorado las coberturas, bajado algunos precios y añadido servicios de valor añadido —como respuesta rápida o asistencia técnica 24/7— para diferenciarse en un mercado cada vez más saturado.
En paralelo, la sofisticación de los ciberataques —donde la IA y la automatización juegan un papel clave— obliga a las empresas a combinar la protección tecnológica con un respaldo financiero sólido que asegure la continuidad del negocio ante cualquier incidente.
Frente a un contexto de miles de incidentes anuales, cada vez más compañías consideran imprescindible proteger la información, sus sistemas y la confianza de sus clientes con una póliza de ciberriesgos. El ciberseguro ya no es solo para empresas grandes: pymes, instituciones y hasta particulares digitalizados valoran el respaldo económico y operativo ante un ataque, como ocurre con el seguro médico o el de hogar.
La contratación debe acompañarse de medidas preventivas —formación, reducción de vulnerabilidades, auditorías y detección precoz— para reducir la probabilidad y el impacto de cualquier incidente digital grave.
¿Tu organización está protegida ante el riesgo digital?