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El 25 de septiembre de 2025, la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) de Estados Unidos emitió una orden de emergencia dirigida a todas las agencias federales civiles para reforzar inmediatamente sus defensas cibernéticas. Esta medida responde a la infiltración de un grupo avanzado de hackers, presuntamente patrocinados por un estado, que vulneraron al menos una agencia gubernamental mediante el abuso de fallos de seguridad en dispositivos de Cisco conocidos como firewall ASA y Firepower Threat Defense.
El ataque forma parte de una extensa campaña de espionaje denominada “ArcaneDoor”, que ha estado explotando tres vulnerabilidades críticas en dispositivos Cisco durante meses antes de ser detectada públicamente. Los hackers modificaron comandos para mantener persistencia en sistemas comprometidos, afectando a cientos de dispositivos en el ámbito federal estadounidense y en otras 10 organizaciones a nivel global.
Un alto cargo de CISA expresó que, aunque no se han divulgado agencias específicas ni detalles de datos robados, el riesgo es significativo y la agencia exige que se parcheen y auditen los sistemas comprometidos con urgencia para mitigar daños adicionales y detener nuevas brechas.
Esta orden de emergencia desató una carrera contra el tiempo en Washington y en otras administraciones para identificar, desconectar y remediar los dispositivos afectados antes del plazo límite fijado para el viernes siguiente a la emisión de la directiva. Además, se anticipa un aumento en ataques aprovechando las vulnerabilidades ahora conocidas y el acceso público a los parches.
El Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido emitió una alerta similar señalando que el malware implicado representa un salto evolutivo en la capacidad de ocultación y sofisticación de los hackers, poniendo a las agencias y empresas en máxima alerta.
La orden de emergencia de CISA frente a un ataque masivo a infraestructuras críticas federales evidencia el alto nivel de amenaza actual y la importancia de adoptar medidas rápidas y coordinadas. A medida que las vulnerabilidades conocidas se hacen públicas, la ventana de oportunidad para los atacantes se amplía, por lo que la preparación, defensa y respuesta se vuelven cruciales para la seguridad nacional y corporativa.